Revista|Voz Liceísta

Puede que la meditación para varias personas sea una pérdida de tiempo, pero lo que nos hace ver, sentir y liberar permite que entendamos y encontremos repuestas a muchas cosas, debido a que nos conectamos con nosotros mismos y, a su vez, llegamos hasta lo más profundo espiritualmente. Asimismo, podremos conocernos un poco más.

 

Posiblemente nos traslademos a momentos de nuestro pasado que marcaron nuestra vida y dejaron una gran enseñanza, y comenzaremos a ponernos algo sensibles dado que sentiremos fuertes emociones como tristeza, alegría, miedo, ira, etc.… Pero sobre todo veremos cómo en cada uno de esos momentos pudimos superarlos derrumbando cada obstáculo, lo que al final nos deja en un estado de tranquilidad.

 

Muchas personas pensarán que esto no les aportará nada, pero estos encuentros con nosotros mismos son muy importantes pues ayudan mucho a nuestra vida cotidiana: a través de esto podemos liberar emociones y sentimientos que acumulamos a diario, y así relajarnos, desconectarnos de todo, sentirnos en libertad, no sentir la maldad que tiene este mundo, sentirnos como una pluma y sentir solo una paz profunda en nuestro interior.

 

Si en alguna ocasión sientes la necesidad de darte un respiro o descargar un peso que llevas encima, solo cierra los ojos, relájate, medita y trata de estar sola para liberar todo lo que llevas dentro de ti, sin miedos ni preocupaciones por lo que sucede o sucederá en el exterior.